21 noviembre 2005

Asesinato

Mucha gente hace gárgaras hablando de asesinatos de imagen... Los que lo dicen son hombres poderosos que pueden acceder a los medios para recuperar su mancillado honor. Tienen esa posibilidad.

Eso no pasa con nuestro amigo de la foto. Les puedo garantizar que la imagen del pobre tipo de arriba si que fue asesinada. Y lo que es peor, fue acribillada por la espalda.

Él es el símbolo de los poco queridos "Flaytes". Pero como como dice el candidato que quiere tender puentes, veámos la mitad del vaso lleno. Éste ciudadano tiene la posibilidad de dejar el Flaytismo que se le atribuye. Puede ganar una demanda contra los tipos que lo han difamado tan cruelmente. Desgraciadamente, sabemos que eso es casi imposible.
Es curioso que los comandos de los presidenciales no lo ubiquen, de esa manera mostrarían que el Chile que quieren es para todos, y que son contrarios a qualquier discriminación.

Pero el gallo no aparece. Algunos sospechan de su muerte en alguna pelea de pandillas, o que está "a la sombra". Tal vez anda "arrancao".

No entiendo como ni LUN, ni el diario Pop han dado con éste especímen. Radio Carolina debería hacer un concurso u ofrecer alguna recompensa y, por supuesto, organizarle un desagravio en El Parrón. Puede que ahí asome su oscura cabeza y tengo sus merecidos 15 minutos de fama.


La frase del año

Ya llega diciembre con su poca novedosa época de balances. No he podido abstraerme a esa tendencia. Por eso propongo la frase del año. Primero pensé en el tema "Pitéate un Flayte", pero me pareció que no demostraba el carácter nacional. La ganadora llegó por otro lado.


“No me acuerdo, pero no es cierto. No es cierto, y si fuera cierto, no me acuerdo”

La frase tiene un enorme potencial. Si conoce un uso práctico, aplíquela.

10 noviembre 2005

Francia está que arde

Autos ardiendo. Ese seguramente será el símbolo de protesta de los excluidos y discriminados habitantes suburbanos de las ciudades europeas. Lo que se inició en Francia —y que probablemente contagie al resto de la Europa occidental— es una potente muestra de la inoperancia de la política inmigratoria que promueve el multiculturalismo dogmáticamente.

Al ser una manifestación espontánea, no tiene líderes ni genera movimientos visibles, lo que implica que el Estado no puede capturar ni reprimir a la incitadores, sencillamente por que no los hay. De todos modos, la mayoría de los participantes son franceses de primera y segunda generación . Pero ser francés no es solamente tener esa nacionalidad escrita en un papel. Va más allá, tiene que ver con valores comunes.

“Donde fueres, haz lo que vieres”. Ese viejo refrán es lo que no aplica Europa con sus inmigrantes: El árabe vive como si estuviera en su país natal, el subsahariano reproduce el orden social del que proviene. No se trata de negar su cultura casi de forma fascista, se trata de promover la asimilación con la cultura del país que los acoge. Al parecer eso es lo que no ocurre.

Por lo mismo no se explica que muchos chilenos radicados en Suecia permanezcan por años en aquel país sólo hablando español y relacionándose con chilenos y, a lo más, latinos. Un proyecto de ley austríaco estipulaba que la residencia solo le otorgará a quién probara el dominio del alemán y creo que Holanda va por el mismo camino. Me parece justo.

Fue enorme el volumen de masas oprimidas que ha finales del XIX y principios del XX arribaron a los puertos de América. A diferencia de la política europea actual, en esa época a los inmigrantes se les promovía un sentimiento nacional, el del país que les abría sus puertas para mejorar su vida. La cultura de la que eran hijos generalmente era notoria sólo en la intimidad de la vida familiar. En EE.UU., Argentina y Brasil los asimilados conocen y se enorgullecen de su origen étnico, pero antes que nada se respeta el hecho de ser la sustancia que dió vida a sus nuevos países.

La quema de autos no es una manifestación de resentimiento contra el otro, contra el francés "puro". Los automóviles que arden no son los último modelo de los habitantes del glamoroso centro parisino, son sedanes familiares comprados en muchas cuotas por africanos y musulmanes. Los vehículos ardiendo son, básicamente, la manifestación del hastió de una generación que fue víctima de un experimiento social que privilegiaba lo políticamente correcto sobre lo útil y sustentable en el tiempo.

El sentimiento de desarraigo no se acabará con un par de empleos más. Si tuviera un auto, lo apostaría.