Guante blanco para Evo
En Chile se comienzan a escuchar voces de alarma. Da la impresión que buena parte de ésta se debe más que a la ideología, al color de piel del presidente electo boliviano. Creo que precisamente en su color hay una gran ventaja.
Como más del 60% de sus compatriotas, Morales es un indio. Y en la corta historia democrática de Bolivia ha sido el único en obtener más del 50% de los votos. La legitimidad del líder cocalero es enorme. Eso lo tendríamos que aprovechar.
Lógicamente, el tema marítimo será un eje central en la relación con Chile. Habría que ser iluso para pensar lo contrario. En ese país renunciar al mar es un suicidio político.
Por eso creo una buena jugada ofrecer reanudar las relaciones diplomáticas de inmediato. Ese sería un gesto de buena voluntad enorme, con Chile marcando la iniciativa, y muy celebrado por la comunidad internacional.
Eso llevaría también a encausar cualquier tipo de reivindicación por los poco expeditos carriles diplomáticos. Serían años de tranquilidad si la intención chilena es no transar en el tema marítimo. Pero si Chile llega a la conclusión que es hora de zanjar la aspiración boliviana, se podría trabajar con tiempo en una solución equilibrada. Sin las presiones que ejercen las multitudes afiebradas.
También es necesario sincerar la discusión: Todo hipotético arreglo que implique una salida al mar soberana para Bolivia, pasa necesariamente por la aprobación expresa del Perú. Eso dicen los tratados. Eso frustró el corredor acordado entre Pinochet y Banzer.
Parece que el barrio no va a estar muy acogedor en los próximos años. Me gustaría saber la postura de los candidatos presidenciales.
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